viernes, 30 de octubre de 2009

Dulce y triste melodía

Esto es un breve relato que tiene ya bastante tiempo, y que cariñosamente dediqué y regalé a una buena amiga mia:


Madrugada, noche cerrada y ráfagas de viento que avecinan lluvia chocan contra mi rostro; no me importaba el clima, siempre disfrutaba de los momentos previos a la lluvia, me encantaba pasear por la orilla del lago con aquel viento a altas horas de la noche; yo, el viento, la arena y el agua tranquila. De repente, mientras me encontraba perdido en mis pensamientos para evadirme del día a día, un sonido llamo mi atención, una triste melodía que resonaba a lo lejos. No debería haber nadie más en las inmediaciones, pero la melodía seguía su curso, así que mi curiosidad me llevo a buscar su procedencia. Seguí aquellas notas musicales mientras mi corazón se encogía con el sentimiento tan desconsolado que transmitían; según me iba acercando a una pequeña cala del lugar, la melodía se escuchaba con mayor claridad. Una vez llegue allí, la lluvia ya había comenzado a encubrir la triste sinfonía, pero en ningún momento a detenerla; así, que aun más extrañado me acerque lo más que pude y me asome por encima de las rocas que separaban la orilla continua del lago de la pequeña cala. Mi asombro fue enorme al observar que la orilla estaba totalmente desierta y que la melodía seguía sonando, intente cerciorarme de que no había nadie ni nada en la cala, entrando en ella y aunque la oscuridad de la noche me lo impedía, a duras penas conseguí cerciorarme de ello.

La música no dejaba de sonar y con la forma que tenia la cala y la lluvia entorpeciendo mis oídos, parecía que proviniera de todas las direcciones; pensaba que me estaba volviendo loco, que el estrés del día me hacia imaginar cosas. O eso podría haber pensado hasta el momento en el que un claro en las nubes dejo ver la enorme luna llena que brillaba en el cielo tras el manto de nubes; el esplendor de la luna dejo ver claramente una figura que se encontraba en el agua, sostenía un violín con el que tocaba aquella melancólica sinfonía. Aprovechando el poco tiempo de claridad que se me había brindado intente observar aquella figura más claramente: era esbelta, femenina; con un largo cabello negro que se mezclaba con la aguas, su piel era clara y juraría que se encontraba desnuda.

Intente acercarme a ella y preguntar de quien se trataba, pero en el momento en el que mi primera palabra salió de mi boca, ella se giro asustada, soltó el violín rápidamente y salto totalmente hacia el agua del lago. Corrí lo más rápido que pude hacia ella, pero al llegar allí solo quedaba el violín flotando sobre el agua; grite llamando a aquella chica durante un buen tiempo y no recibí respuesta ninguna, recogí el violín y me senté sobre la arena de la orilla, pensando en lo que había pasado. ¿Quién sería aquella chica? ¿Qué haría a estas horas de la noche en el lago, desnuda y tocando el violín?. Si no fuera porque tenía en violín en mis manos hubiera pensado que estaba soñando.


P.D.: el dibujo está cedido por la susodicha amiga, que gustosamente realizó una interpretación artística del relato, y que le quedó precioso.

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