martes, 7 de agosto de 2012

Arena y sal (V)

Las olas van y vienen en cada momento, las nubes recorren el cielo, el viento levanta la arena de la playa, los días avanzan poco a poco. Ha pasado ya algún tiempo desde la noche en la que me desmayé en medio de la playa; me desperté allí mismo cuando comenzó a amanecer, a duras penas pude volver a casa y allí volver a desmayarme. No recuerdo cuántos días estuve durmiendo, pero en todo ese tiempo sentí una angustia recorriendo mi cuerpo y mente, por lo que no fue un sueño demasiado reconfortante.
Cuando desperté recorrí la ciudad preguntando a todo aquel que se cruzaba en mi camino por aquella chica, pero parecía que nadie la había visto jamás. Volví al sitio donde la encontré sentada aquel día, me paraba allí mismo durante horas, incluso días enteros, esperando a que ella apareciera por los alrededores y me diera una explicación de su extraña huida. Pero eso no llegó a ocurrir.

Los días pasaban y cada vez el dolor parecía desvanecerse poco a poco, como si se diluyeran en el tiempo. Recordaba aquel día más como si hubiera sido un sueño que como una realidad. Mi rutina diaria fue ocupando paulatinamente mi vida, casi sin darme cuenta volví a mi vida normal, y hubiera seguido siendo así de no ser por algo que ocurrió y me devolvió aquello que creía haber perdido.

Una mañana, cuando me disponía a salir a correr como siempre hacía, sonó el timbre de la puerta. Me acerqué para ver quién podría ser a esas horas, pero al abrir la puerta no encontré a nadie tras ella. Extrañado me dispuse a cerrar y seguir con lo que estaba haciendo, pero me percaté de que sobre el suelo de la entrada había una carta. Más confuso aun, la recogí; no tenía remitente ni destinatario ni nada escrito, pero era evidente que quien fuera el que la escribió quería que me llegase. La abrí y en su interior solo había un pequeño trozo de papel en el que había escrito "No me olvides. Sigue buscando". Ciertamente me dejó muy desconcertado, pero no le dí mucha importancia, porque creía que se trataba de alguna broma o truco publicitario. Deje la carta sobre la mesa y continué preparándome para salir cuando comencé a escuchar algo caer o más bien derramarse. Miré para ver de que se trataba y para sorpresa mía era arena que salía del sobre de la carta sobre la mesa que caía al suelo. No recordaba que el sobre contuviera arena y menos en esa cantidad, asustado y confuso recogí la arena y comprobé que no salía más del sobre.
Salí a correr más distraído que otras veces, algo normal viendo lo que había pasado, pero en cuanto recorrí algo de distancia mi mente se calmó.

El sol comenzó a salir, por muchas veces que viera aquel amanecer no dejaba de parecerme hermoso. Pero aquel día tenía un brillo más deslumbrante, tanto que por un momento me cegó y tuve que apartar la mirada y detenerme.

Mientras recuperaba la vista miré hacia la playa, y allí estaba, de pie a lo lejos. ¿Espejismo? ¿Imaginación mía?

1 comentarios:

Unknown dijo...

Muy chulo, pero ¿cómo acaba?, eella es una sirena ¿o qué?.