martes, 5 de marzo de 2013

Corazón de hielo

"Va siendo hora de convertir el corazón en un bloque de hielo"- Se dijo para si mismo.

Estaba ya cansado de caer preso de los encantos de las mujeres, de ver una cara bonita y mona y sonreír como un tonto, de dejar todo lo que estaba haciendo para ayudar a alguien si lo necesitaba. Ya estaba cansado de ser el buenazo de turno del que siempre se aprovechaban para luego desechar como a un pañuelo usado.
Pero era más fácil pensarlo que hacerlo, porque iba en contra de toda una vida de forma de ser y de pensar, y eso no se puede cambiar así como así. Un cambio así no sería como apagar y encender una bombilla, algo que ocurre al instante, sino más bien como cuando anochece, que va ocurriendo de forma paulatina. Pero, ¿por dónde y cómo empezar?

Tras mucho pensarlo la solución apareció clara ante él: dejar de darle vueltas a la cabeza por las mujeres, dejar de pensar en aquella chica que te sonrió o te hizo un gesto amable, dejar de imaginarse cosas con mujeres que ni conoces, dejar que el tiempo fluya y que si alguien quiere algo contigo que sea ella quien de el primer paso. Porque al fin y al cabo estamos en una sociedad moderna, ellas tienen decisión y voto en esto también, y así de paso se quitaba de encima esa etiqueta de antiguo que tenía encima.

A partir de ahora también dejaría de ser un romanticón sin motivo, se guardaría sus frases bonitas y sus palabras de aprecio para quien se lo mereciera. Se acabarían también las indirectas y el pensar en si "eso que dice es por mi".

Así poco a poco conseguiría que no sintiera solo y que se no volviera a herir. Solo el calor de otra persona cerca de él podría derretir el hielo de su interior.


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