Como todos los días te veo sentada en la arena con la mirada perdida entre las olas.
No se que es lo que piensas, pero esa mirada tuya me cautiva.
Te observo desde lejos, con miedo a acercarme a ti.
No sabes que existo ni sabrás quien soy, pero yo si te conozco.
Conozco tus paseos por la arena, la manera en la que recoges tu pelo, tu sonrisa al acariciar un perro que pasa a tu lado, tu pasión por la música.
Conozco esos pequeños gestos que te hacen especial y que consiguen que mi imaginación vuele pensando en una vida a tu lado.
Pero luego la realidad me golpea y me recuerda que eres inalcanzable para alguien como yo.
Al menos me consuela la idea de poder verte a lo lejos...
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