lunes, 9 de enero de 2012

Triste

Triste, eso es lo que me parece al ver a esos compañeros de clase entrando a clase a las 9 de la mañana y no volviendo a casa hasta las 9 de la noche, repitiendo lo mismo un día tras otro; también cuando veo a ese padre de familia, que sale de casa cuando ni siquiera el sol aparece y vuelve a casa con sus hijos y esposa solo para verlos dormir tranquilamente en la cama.

Pero la sociedad es lo que nos pide, estudiar de sol a sol prometiendo una vida futura mejor en la que al final solo cambiamos los cuadernos y la mochila por un montón de papeles y una cartera con clase (eso si se tiene suerte y no se cambian por un dolor de espalda y unas manos llenas de cemento). En esta sociedad, si no trabajas no obtienes dinero, pero, ¿para qué?, si no puedo disfrutarlo, ¿se lo dejo a mis hijos para que ellos sufran lo mismo y el ciclo siga sin cerrarse?

Pensareis "tienes mucha razón", pero os planteo otra pregunta: ¿Seríais felices viviendo todos los días en casa sin hacer nada? Os puedo decir que no es agradable, no lo es porque entonces le llegan a uno muchas preguntas que se podrían tachar de filosóficas, pero que en cierto modo lo son y que si tuvieramos suficiente tiempo libre todos nos las plantearíamos. Y os digo desde mi experiencia propia que no son agradables de pensar, hacen que uno se replantee hasta el mero hecho de levantarse de la cama cada mañana se tenga o no que hacer algo.

Así que lo más lógico es pensar que en el punto intermedio esta la felicidad, ¿no?, pero, ¿se puede conseguir ese punto intermedio?

1 comentarios:

Unknown dijo...

La felicidad esta donde quieras recogerla :)
Y aparte de esta frase tan ambigua, te dire que precisamente conseguir ese punto intermedio es por lo que deberias luchar dia a dia. Para que luego no digas que no sabes que objetivo marcarte en la vida :)