Salí del edificio con un humor bastante bueno, ya que por fin haría algo bueno por mi salud, pero nada más salir ya note algo que le puso la guinda al pastel de sorpresas de esta mañana: todo estaba exactamente igual que como se quedo justo antes de irme a dormir, como si desde que me metí en la cama hasta ahora solo hubieran pasado 5 minutos y nadie hubiera salido de sus casas ni hubiera realizado alguna actividad en la ciudad.
Ya, asustado y desconcertado por la situación, me dispuse a investigar a ver si solo era cosa de mi barrio, a comprobar si en los edificios cercanos también ocurría lo mismo. Las calles estaban como si el tiempo se hubiera congelado, solo el mero sonido del viento frío animaba algo el silencio que reinaba en el ambiente; cuando llegue a un edificio vecino, cuál fue mi sorpresa que me encontré las puertas abiertas, como si alguien acabara de entrar o salir, eso me animo un poco más, pensando que podría encontrar a alguien que me pudiera explicar algo o por lo menos saber que no estoy solo.
Entre en el edificio tembloroso por lo que podría encontrar allí dentro, por suerte las ventanas estaban medio abiertas dejando entrar la suficiente luz como para poder moverse por el lugar. Empecé a preguntar si había alguien en su interior cuando de repente, un estruendo se escucho en el fondo del edificio, del miedo que sentí en ese momento mi cuerpo se paralizo, sudando, sin saber que hacer ni como reaccionar ante aquello que podría ser un simple animal caminando. Finalmente me arme con todo el valor que tenia y decidí investigar más a fondo el edificio, atravesé el pasillo central y poco a poco me acerque al cuarto de lavandería, que era de donde creía que procedió el estruendo; alargue la mano para coger el picaporte y abrir aquella cuando el estruendo se volvió a repetir con más violencia, al que se le unió un fuerte temblor que sacudió todo el edificio haciendo estallar los cristales de las ventanas. Perdí el equilibrio y caí al suelo, intente cubrirme para evitar que si parte del edificio se venía abajo al menos pudiera salvarme. Me refugie bajo la escalera cuando el temblor se hizo más y mas fuerte y el estruendo llego a ser tan insoportable que tuve que taparme los oídos para que no reventaran. Me acurruque como pude y rece para que todo se acabara ya; deseaba que todo no fuera más que un sueño del que me fuera a despertar, y entonces lo vi, aun no se con exactitud lo que vi, pero esa imagen vuelve a mi mente cada noche. Recuerdo que entre todo aquel caos, entre los muros que se venían abajo, cristales volando y una nube de polvo, una sombra atravesó la estancia como si nada estuviera ocurriendo. No puedo llegar a recordar si esa sombra era humana o no, a día de hoy sigo deseando que lo fuera, y que no fuera como esas cosas a las que tengo que evitar día tras día para poder sobrevivir. Porque si de verdad ni fue humana, habría deseado que acabara conmigo o que el mismo temblor me hubiera sepultado.