miércoles, 18 de agosto de 2010

Noche estrellada

Miro al cielo estrellado, la oscuridad me envuelve pero una mano aprieta fuertemente la mía. Tumbados en la hierba, la brisa nocturna nos acaricia, la luz de la luna ilumina su dulce piel, sus hermosos ojos verdes no dejan de mirarme, sus carnosos labios me incitan a no querer dejar de besarlos.
Mis dedos, como si hubieran cobrado vida propia, comenzaron a entrelazarse con sus rubios cabellos, acarician su nuca y suavemente se desplazan a lo largo de su espalda. No recuerdo ninguna sensación más placentera que acariciar su piel.
Ella sonríe, parece ser que eso le produce cosquillas; su sonrisa es como una estrella fugaz que recorre el firmamento, algo hermoso que destaca entre toda la inmensidad pero que una vez la ves, no puedes olvidarla.
Desearía decir tantas cosas, pero mi mente es ahora un caos, no soy capaz de encontrar las palabras que describen como me siento; así que simplemente la miro profundamente a los ojos e intento transmitirle mis sentimientos sin decir una palabra.
Su mano suelta la mía y se acerca a mi cara, la acaricia, una lagrima inexplicable brota de mis ojos, ella la seca y nuevamente sonríe. Mi corazón en ese momento es como si se parase y latiese con más fuerza al mismo tiempo.
Entonces la abrazo con todas mis fuerzas, siento los latidos acelerados de su corazón; la beso suavemente en el cuello, su respiración se agita un poco, me agarra del pelo. No soy capaz de controlar mis ansias de tomar sus labios con los míos y la beso con pasión.

Entonces abro los ojos y me doy cuenta de que estoy en mi habitación, solo, que todo lo que he visto no ha sido más que un sueño, que nunca ha ocurrido y que nunca ocurrirá.

Ojala te tuviera a mi lado...

viernes, 6 de agosto de 2010

Tinta que corre sobre el papel

Entre la luz y sombra de mi habitación escojo una pluma, tomo una hoja de papel y me pongo a escribir.
Escribo para desahogarme, para contarte sobre mí, para que no te olvides que me importas.
Escribo algo vacío, porque en realidad querría decirte todo lo que pienso a los ojos, sin necesidad de tener un papel como intermediario.
Pero sólo consigo estas palabras escritas con tinta, estas palabras que expresan lo que siente mi corazón.
No sé si algún día te alcanzarán o si se quedarán olvidadas en algún oscuro cajón. Sólo sé que así al menos la carga que llevo sobre mis hombros se alivia poco a poco y el día a día se hace más fácil de superar.